Edgardo Ochoa conversó Up&Close con Everardo Gout, escritor y director de la película mexicana Days of Grace/Días de Gracia, ovacionada en el festival de Cannes y ganadora de 8 premios Ariel, la cual finalmente llega a las pantallas de EE.UU. este 1ro. de mayo.
Everardo Gout nos abre la puerta a la minuciosa exploración que hizo posible realizar esta película, con una estética y narrativa contemporánea construida alrededor del deporte rey y la supuesta tregua que paraliza incluso al crimen durante los “días de gracia” del Mundial de Fútbol. Gout enfoca la mirada en el mundo del secuestro y la extorsión en México a través de tres historias y tres copas mundiales. Las delicadas formas de manipulación, la conexión con los organismos policiales, la desesperación de la familia, la interminable angustia del secuestrado y su enfrentamiento con el perfil psicológico de los jóvenes hampones que tienen en sus manos a las víctimas durante la encerrona, hacen un filme para abrir los ojos más allá de la violencia y quizás hasta salvarse… bien seas la víctima o el victimario.
La decisión de adentrarse en un mundo obscuro y peligroso
Para mí fue una cuestión muy sencilla, fue una decisión que tomé un día que llegué a mi casa y me dijeron: “vas a ser papá”. Yo no sé si exista Condorito aquí en Estados Unidos, pero me caí como para atrás y dije, pues… tengo que hacer algo, porque esto es una escalada de violencia de la cual siento yo que nadie quiere hablar.
Conforme hablabas con el gobierno, la iniciativa privada o la sociedad en general, nadie quería hablar de la violencia que se sentía y que para mí era como un tsunami inminente que me iba a llegar en algún momento. Y yo quería contribuir porque iba a traer un nuevo ser vivo a este mundo y para mí era muy importante tratar de dejarle un lugar que estuviera aunque sea una milésima mejor que donde lo encontré.
Una gran motivación y además un motor de energía que nunca se termina, porque cada vez que tienes miedo, cada vez que tienes dudas, como nos pasa a todos los cineastas y creadores, que decimos “¿por qué me metí en este maldito proyecto?, o ¿por qué lo estoy haciendo?”, siempre pasa en algún momento. Y te volteas y tienes a un ser que amas, y ¡claro!, es por esto. Tratando de echarle un poquito de luz a esto que se ve tan obscuro y que sientes que se va a poner cada vez más obscuro.
La investigación, el traspatio…
¡Imagínate! La película yo creo que no le hace justicia a la cantidad de violencia y obscuridad con la que me topé al hacer la investigación. Eran días completos en los que iba y entrevistaba gente y tenía que regresar a casa y antes de poder tocar a mi bebé me tenía que tomar un baño, para lavarme un poco, aunque sea físicamente, de la vibra que yo sentía que traía de estar rascándole a esos temas y sobre todo coqueteando un poco con el diablo, metiéndome en su traspatio y como… tratando de ver los porqués, porque a final de cuentas, la película de eso es de lo que trata de hablar, de los por qués de esas situaciones.
No es una película que te trata de presentar una violencia por violencia y un entretenimiento gratuito, sino que trata de echar un poco de luz y de entender las tres partes humanas alrededor de un acto violento en algún país del mundo, en este caso latinoamericano, en este caso México. Y en este caso, la violencia es un caso de secuestro pero lo mismo se podría aplicar a cualquier tipo de violencia al cual una familia es expuesta.
El silencio de la gente
La película siempre tuvo una estrella muy mágica en ese sentido, porque durante la investigación no le platiqué a nadie. O sea, esa fue una investigación que hice con mi fotógrafo, con Luis Sansans, que es también productor de la película y mi hermano, Leopoldo. Y la guardamos súper secreta porque no queríamos… pues cuando estás hablando con una persona que fue víctima del secuestro lo último que quiere es que salga a la luz pública, porque no quiere volver a vivir eso ¿me explico?
Fue algo muy secretivo, un proceso largo, pero al mismo tiempo con la cadencia necesaria para ir asimilando la información, para ir aterrizándola y para ir escribiendo lo que más tarde sería el guión. Entonces, mientras eso sucedía, tuvimos mucha paciencia y tratamos muy arduamente en tratar de hacer el mejor guión posible, con la mejor investigación posible.
Pero una vez que teníamos el guión, fue en un tiempo récord, Fue digamos que en un octubre, terminé un draft y ya yo me sentía listo para enseñarlo y para marzo ya teníamos el dinero y para junio ya estábamos filmando. Entonces, mi historia es al revés, no fue una historia de tratar de convencer a la gente de que le entrara al proyecto, sino fue de prepararla, prepararla y una vez que estaba, la gente veía la carpeta, veía la investigación detrás, veía las ganas, veía el amor y las razones por las cuales hacerla. Y fue bastante sencillo, pese a que la gente no quiere hablar de eso, el hacer la película, sobre todo en esa parte, del rodaje.
Fotografía emocional y contemporánea
Es muy sencillo. Para mí la película, en una sola anécdota, podría ser tratar de llegarle a los posibles “Iguanas” allá afuera, como el personaje, pues en la investigación me di cuenta de que en la mayoría de los casos de secuestro hay dos datos que son simplemente dolorosos. Uno es que en el 99% de los casos hay algún policía involucrado, de algún tipo de policía, puede ser estatal, federal, puede ser de alto comando o muy bajo comando, pero hay un policía involucrado. Y la segunda es que a los jóvenes que mantienen a la gente cautiva, los reclutan entre 14 y 19 años. Son chavos obviamente con pocos recursos y con poca educación, y que te mantienen a punt ade pistola durante meses, por una paga de alrededor de $400, lo que dure el encerrón.
Entonces, yo lo que quería tratar de entrar a esa humanidad y tratan de enterder quién es esa persona que puede mantener una pistola apuntado a otro ser humano, cuáles son esas motivaciones, carencias o qué necesidades que puede tener esa persona. Como entrarle al humanismo, cómo poder hacer que esas dos personas sean humanas, la de un lado y la del otro lado de la pistola. Y entonces, en ese sentido tomee la decsión de hacer una película kinética, entretenida, que le hable a ese público. Porque una persona como “El Iguana”, que esté coqueteando entre ser un pequeño raterillo de carteras a convertirse en un criminal de carrera, donde juegas con la vida humana…vea la película y entienda en lo que está metido y logre cambiar.
Evidentemente, eso nunca lo voy a saber y no voy a saber las repercusiones de eso. Sí pude yo saber, y lo que fue una maravilla de esta película, digamos que mi segundo día de gracia (el primero fue cuando me dijeron que iba a ser padre de familia), fue cuando una mujer que yo no conocía me contactó, me contactó además a través de un amigo cineasta que es homónimo mío, se llama tambieen everardo pero él es documentalista, muy talentoso y pensó que él era yo, y lo contactó y le dijo: “tengo que hablar contigo”. Y entonces, mi amigo me habló y me dijo: “Oye, tienes que escuchar esta historia. Te voy a hacer una cita con esta persona. No me preguntes, pero tú tienes que ir”. Y yo le hice caso a mi amigo, me fui a sentar con ella, y me dijo: “Everardo, ¡yo vi tu película! Vi “Días de Gracia” un martes, en una de las presentaciones que hiciste de preguntas y respuestas en México, y el viernes me secuestraron. Y quiero que sepas tú, quiero que le digas a la gente que participó en tu película, a tus actores, a tu crew, que creo que es gracias a ellos que estoy yo con vida el día de hoy. Porque realmente la película fue como una guía de todo lo que yo viví, Entendí que tenía que hablar yo con la persona más vulnerable de ellos, tratar de entrarle a la humanidad. Entendí que cuando me agredían no era por una cuestión personal, sino que es una cuestión de mercancía, que están viendo como un producto y tengo que pensar de esa manera. ¡Entendí tantas cosas! Que me dió mucha fuerza para seguir. No te voy a mentir –me dijo– tenía siempre mucho miedo, pero el hecho de haber visto la película me puso un pie en el piso todo el tiempo”.
Y entonces, pos ¡imagínate! Te dicen eso y ¿cuál premio de Cannes y cuál nada?
¿Por qué hay que ver la película?
Hay que ver “Días de Gracia”, porque es una especie de rompecabezas, en el cual se arma y se desarma la condición humana. Es una película kinética, es una película muy entretenida. Es una película que aunque toca temas a los cuales por lo general le tenemos un poco de miedo, porque tienen que ver con violencia de algún tipo, es una película que trata, como dijo Paul Haggis (ganador del Oscar como guionista de “Million Dollar Baby” y escritor-director de “Crash”), de aventar un poco de luz dentro de la obscuridad que vivimos todos en este mundo. Entonces, es una película donde se van a divertir, se van a sorprender porque hay una cantidad de música impresionante, donde Scarlett Johanson cantó una canción con Massive Attack, para la película original, donde Nick Cave hace música original y Atticus Ross, compositor de “The Girl With The Dragon Tattoo” hace música para nosotros y hay unos planos secuencia y unas tomas increíbles, que los van a dejar pegados a su asientos.
Elenco: Tenoch Huerta (Lupe), Kristyan Ferrer (Iguana/Doroteo), Carlos Bardem (Victim X), Dolores Heredia (Susana), Verónica Falcón (La Madrina)
Escrita y dirigida por: Everardo Gout
Fotografía: Luis Sansans A.M.C.
Edición: Herve Schneid / Jose Salcedo
Sonido: Fernando Cámara
Mezcla de sonido: Vincent Arnardi
Diseño de producción: Bernardo Trujillo
Música: Nick Cave & Warren Ellis, Atticus Ross, Shigeru Umebayashi, Massive Attack
Producida por: Leopoldo Gout, Luis Sansans, Ozcar Ramírez, Everardo Gout
Coproductores Francia: Laurent Petin, Michel Halberstadt
Coproducida por: ARP Selection
Productora Ejecutiva: Adriana Bello
DAYS OF GRACE (DIAS DE GRACIA), estrena en Nueva York, viernes 1 de mayo, y en Los Angeles el 8 de mayo. Disponible en DVD el mismo día.
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